lunes, 22 de julio de 2013

Haciendo amigos

Tras lo bonito que fue el primer día y con él todos los días de mi vida, pues como ya había mencionado en capítulos anteriores, mi pequeña tenía amigas (ahora podéis aplaudirme) y salía por un barrio antes de conocerme porque todo cambiaría. Nuestro primer día como novios fuimos a dar una paseo por el parque caramuel y al ir bajando iba un grupo de mi clase por la otra acera, gritaron mi nombre pero me hice el despistado, mi cari me había dicho que había que evitar que se dieran cuenta de que estábamos juntos, y entre la gente que me dijo estaban las niñas de mi clase que más tarde demostrarían ser unas niñatas la gran mayoría. No nos descubrieron ese sábado 19, y el domingo 20 no pudo salir, porque todos los domingos tenía que estudiar. El lunes 21 era el primer día que iba a buscarla para acompañarla al instituto, ahora aún estando en colegios diferentes habrá días que lo seguiré haciendo, bueno y de camino nos encontramos con su papi de nombre Carlos, a todo esto mi futura esposa se llama María, pues habló con su papi y yo algo incómodo esperando en el cruce. Durante esa semana y desde entonces estábamos juntos en el recreo, besándonos cada vez que nos veíamos entre clase y clase, esto será algo que eche mucho de menos. La semana transcurrió y el viernes salimos con sus amigos por el centro, parecía que me llevaría bien con ellas, pero era o salir con ellas o conmigo, no era cuestión de que eligiera, ahora veréis el porqué. El día sábado 26 había un botellón en un parque o más conocido como "portales", mi niña me dijo que podíamos ir y en caso de que me sintiera incómodo nos fuéramos, ocurrió algo que cambiaría el rumbo de lo nuestro. Quedamos en el metro Lucero y sólo había unos cuantos chavales con unas niñatas entre ellas una de mi instituto que iba a clase de María, nosotros íbamos con la amiga de mi novia, de camino a portales mi pequeña escuchó un comentario racista y ya se olía lo que vendría. Me paró en una calle y me dijo que nos quedáramos por allí y nos fuéramos hacia otro lugar, me contó lo que pasaba, su amiga se percató de que faltábamos en el grupo y volvió a donde estábamos. Se decidió buscar a una de sus amigas, y más tarde pasamos por el parque donde se celebraba el botellón, gran idea por cierto, "yo un sudamericano no considerado como tal ante una manada de racistas" y aquí empecé a conocer a los que serían mis fans. En realidad querían pasar por allí las amigas de mi pequeña para saludar a "mis fans". Cuando escuché que me llamaban panchito y me insultaban desde lejos sabía lo que pasaría, intenté mantener la calma, coger a mi niña y largarnos de allí lo más rápido posible, sólo podía haber corrido, pero no iba a dejarla sola con esa gente, yo había apartado a ella de ellos, y les había indignado. Supuestamente miré mal a uno, y fue entonces cuando vinieron a por mí todos, eran muchos para hacer algo yo solo, y aún intentándolo no tenía la fuerza suficiente, me sentí como Jade Smith en la película Karate Kid, impotente sin poder hacer nada, uno me dio dos puñetazos y cogió otro y de lo más cobardemente me asestó una patada en la rodilla, más herido quedé de mi orgullo, no me importaba el daño físico, me dejaron al ver que no haría nada, ni siquiera me defendería, al acabar con todo eso a mi lado estaba ella en shock y yo preocupado por sí la habían tocado, al fin y al cabo esa gente con la que había estado tanto tiempo hizo daño a alguien que ella empezaba a querer. La noche yacía y nosotros dos con sus dos amigas que nos acompañaban estaban allí yo dije una frase "me ha dolido más la patada en la rodilla que los dos puñetazos", por esta frase haría aún más fans, puesto que no sabía que una de sus dos amigas sería tan falsa de contárselo a su novio y este al ser un hombre tan despreciable como vomitivo. Esa noche maduré algo más, y nos fuimos, de vuelta nos paramos en una calle y nos abrazamos, ella me pedía perdón intentando consolarme y tranquilizarme, jamás olvidaré el daño psíquico que me causaron a mí y a ella. Luego volvimos a parar en un callejón en los que había unas escaleras, antes de llegar a su casa, estuvimos un buen rato allí. Habló con un ex suyo, y desde entonces empecé a conocer desde su pasado, me dijo que era un amigo que le había pedido que le dedicase una foto. El tiempo se acababa y al final esa noche acabé herido con mi orgullo, de mi físico, y con ese extraño que más tarde conocería. La noche fue larga y me recuperé en nada, desde entonces empezaría a ser más conocido, y no acababa allí, la historia continua.
Hasta aquí la parte cuatro, en el próximo capítulo el día de San Valentín, lo más trascendental hasta allí y seguirá.
Como cada mañana al despertar ella ve cada parte de nuestra historia. Cari sabes que el carácter de una persona puede cambiar si ves que afecta a otra, y no me importa, porque tardes lo que tardes yo siempre estaré a tu lado, dando lo mejor de mí para ti. Enséñame lo que no sé, aprende de mí y juntos no habrá quien nos pare.
Hasta la próxima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario