sábado, 20 de julio de 2013

El comienzo de lo antedicho

Yo no la conocía, ni sabía de su existencia, hasta que el uno de enero de 2012 a las 23:20 recibí una solicitud de amistad por tuenti, era ella, acepté, pero lo dejé allí como cualquier persona más que agregaba al tuenti sin saber quién llegaría a ser para mí.
Un año después en la previa de Navidad y días antes de salir de vacaciones invernales como cada año en el instituto se realizaba la operación kilo que consistía en llevar kilos de comida al instituto para más tarde dárselo a la gente necesitada, y pensaréis que soy tonto por desviarme del tema, pero os equivocáis todo tiene un "porqué sucedió o sucede". Un día en clase tocaba bajar al recreo, pero la profesora de inglés y tutora me detuvo para decirme que tenía que recoger unos cuantos kilos desde la ESO hasta infantil; me puse a ello con las ganas que tiene un trabajador de ir a currar por las mañanas madrugando. Acabé de llevar los kilos de la ESO, Primaria e Infantil a "digamos que una especie de despensa, allí lo dejo", al ver los kilos de infantil, ocurrió que un niño despistado había dejado su bollo en una de las bolsas, quería jugar a fútbol, pero también me daba pena el chaval que se quedaba sin su merienda mañanera; fui muy bueno y se lo llevé. Aquí se forja la historia. Hay que pasar por un mini callejón y subir unas mini escaleras, para ir de un edificio a otro, aunque en realidad los dos estaban conectados. Fue entonces, ella estaba allí, el amor de mi vida, con 14 años, con una vida que yo desconocía y que más tarde conocería. Sentada en las escaleras con sus amigas, no me querían abrir la puerta, me estaban vacilando. Yo soy muy tímido, y no me relacionaba mucho con chicas, así que no les dije nada, pero antes de continuar en la búsqueda del chaval despistado sin su bollo; ella y yo nos miramos discretamente, con una mirada que decía todo lo que viviríamos, una mirada con décimas de duración pero con la intensidad con la que ilumina el sol, esa mirada la volvería a ver, a sentir. Nunca me había pasado algo así, conectar con una persona con tanto feeling. Una vez eso, seguí, le devolví su bollo al niño, que ahora que me acuerdo eran dos magdalenas. El día terminó, y ella no se olvidó de mí, algo me decía que ya la quería y más tarde quizá amaría, "acabaría siendo así". Próximamente como continúa nuestra historia, supongo que esta es la parte una, hay infinitas, porque la amo, porque me ama y esto nunca va a acabar. La gente puede pensar y hablar mucho, pero cuando el corazón siente y la cabeza ama, si en verdad quieres a la persona no la dejarás ir. Diga lo que diga la gente sé fiel a ti mismo y a ella, la duración de una relación no la marca la gente, la marca lo que os queréis, la quiero infinito y ella me quiere infinito.
Hasta la próxima, espero que os guste la historia, ocurrirá de todo, un fuerte besazo a mi pequeña MRLEdÁGF.

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